Neuroarquitectura: qué es y cómo aplicarla

¿Influye un espacio en las emociones y en los procesos de pensamiento? ¿Es posible que la arquitectura esté relacionada con los estados anímicos de las personas? La neuroarquitectura es la rama de la arquitectura que responde a estas preguntas, un nuevo concepto emergente que nos ayuda a entender cómo el entorno en el que estamos influye en lo que sentimos y en cómo nos comportamos.

Desde Rocersa queremos hablarte de este término, contarte cuáles son las principales claves de esta disciplina de la arquitectura, su origen y por qué es tan importante.

Qué es la neuroarquitectura

Las necesidades están en constante evolución. Los seres humanos ya no nos conformamos con habitar espacios bonitos, queremos que además nos evoquen tranquilidad, calma, queremos espacios donde aumentar nuestra creatividad, donde reducir nuestros niveles de estrés, donde ser felices,… Los nuevos tiempos requieren nuevas disciplinas que se adapten a nuestras necesidades, y aquí es donde nace la neuroarquitectura.

El término hace referencia a una rama de la arquitectura centrada en unos principios derivados de las neurociencias, una rama por tanto está estrechamente relacionada con la ciencia, que tiene por objetivo entender cómo los entornos nos afectan.

Esta disciplina tiene sus bases en diferentes estudios que analizan el comportamiento de las personas en diferentes ambientes, ambientes con distintos elementos arquitectónicos, ambientes de diferentes tamaños, de diferentes colores, etcétera.

Origen

La neuroarquitectura es un concepto bastante novedoso. Su origen se sitúa en el año 1998, justo cuando dos neurocientíficos, llamados Fred H. Gage y Peter Eriksson, descubrieron que el cerebro humano es capaz de producir nuevas neuronas, incluso en edades adultas, en algunos entornos estimulantes.

Este descubrimiento cambió el rumbo de la arquitectura. Y es que, la concepción tradicional de la arquitectura dio un giro al saber que esta podía influir en los procesos de nuestro cerebro.

Unos años más tarde del descubrimiento, en el 2003, se creó en Estados Unidos la Academia de Neurociencias para la Arquitectura (ANFA), una academia que centra esfuerzos en la investigación de los espacios para saber cómo deben ser estos en el siglo XXI.

Claves de la neuroarquitectura

Estas son las principales claves de la neuroarquitectura:

La iluminación

La iluminación es un elemento clave para influir positivamente en el estado de ánimo. Potenciar la luz natural es necesario para fomentar la concentración y generar un ambiente agradable que incida en nuestro estado de ánimo. La iluminación, al fin y al cabo, nos acerca a los espacios exteriores, y estos espacios normalmente evocan energía y paz.

La psicología del color

La psicología del color es una disciplina que establece cómo influyen los colores en las personas. En la neuroarquitectura se tiene muy en cuenta el papel que juegan los colores y como estos nos hacen sentir. Por ejemplo: el azul es un color frío que evoca calma, mientras que el rojo es un color excitante, el verde es inspirador y el amarillo bien empleado puede fomentar la creatividad.

En la neuroarquitectura el buen uso de los colores es clave para conseguir crear espacios armoniosos.

Los espacios verdes

La sensación de estar encerrados en un espacio nos puede generar ansiedad y estrés. La colocación de espacios verdes nos ayuda a reducir esos sentimientos negativos y, además, también mantienen nuestra productividad.

¿Por qué es importante?

Para todos los que os preguntáis por la importancia de la neuroarquitectura, podemos decir que: esta disciplina de la arquitectura, tal y como se ha explicado anteriormente, tiene una gran influencia en las emociones y conductas de las personas. Influye de tal manera que es capaz de mejorar las habilidades sociales y cognitivas de los habitantes de un espacio, también su creatividad, así como fomentar la concentración y reducción del estrés. Por tanto, podemos concluir con que es importante porque es capaz de mejorar la calidad de vida de las personas.